José María Carmona Varios son los indicadores económicos y financieros que señalan que la economía mexicana no podrá lograr su recuperación en el presente año, a pesar de las diferentes proyecciones de que la misma crecerá entre 3.5 a 5 por ciento anual. Este crecimiento esta determinado por la recuperación de la economía de los Estados Unidos, un mayor flujo de inversión extranjera directa y por el aumento de los precios internacionales del petróleo. Por otro lado, el incumplimiento de las metas de inflación en la última década, según un documento del Banco de México, constituye el principal obstáculo para el crecimiento económico sostenido del país. Es por ello, que las cúpulas empresariales han demandado tanto al gobierno de Calderón como al Poder Legislativo, iniciar el proceso de las reformas estructurales para poder alcanzar un crecimiento económico superior al 5 por ciento en términos anuales, entre las reformas más demandadas esta la laboral, que pretende flexibilizar las relaciones laborales, lo que significaría desaparecer muchas conquistas que han ganado los trabajadores durante años de lucha, por ejemplo desaparecería la contratación colectiva, la jornada laboral seria por horas y las remuneraciones salariales estarían en función de la productividad del trabajo, además de que también desaparecería la liquidación por terminación de la relación laboral injustificada donde el patrón tiene que pagar tres meses de salario al trabajador. Otra reforma estructural es la privatización o la apertura de la inversión extranjera en los sectores estratégicos de la economía nacional como el del sector energético lo que significaría volver abrir el debate de la inversión privada tanto nacional como extranjera en éste. Una tercera reforma estructural es la fiscal la cual se demanda que sea integral, pero las cúpulas empresariales pretenden que se disminuyan los impuestos a los grandes corporativos con el pretexto de generar un ambiente de confianza y certidumbre para la inversión privada. Los hombres de negocios también quieren la eliminación al máximo de la regulación en sectores como la infraestructura, de las telecomunicaciones, donde hay jugosas oportunidades de negocios, en pocas palabras estas reformas estructurales llamadas de segunda generación pretenden una total apertura a la inversión privada con una menor tributación en un marco de certidumbre y "legalidad" para los inversionistas. Aunque las expectativas de los inversionistas con relación a la bolsa de valores en lo que va del año ha sido positiva, no obstante el ambiente de incertidumbre por la situación de crisis fiscal de Grecia, Portugal y España, la bolsa de valores ha tenido buenos rendimientos; el país riesgo en su indicador ha disminuido y según los pronósticos las reservas internacionales podrían alcanzar un monto superior a los 100 mil millones de dólares, este pronostico y la entrada de mayores capitales al país han fortalecido el valor del peso en el mercado cambiario en las últimas semanas lo que genera confianza entre los inversionistas. Pero el repunte de la inflación es un factor a considerar en las expectativas de los inversionista durante el mes de febrero los precios aumentaron en 0.58 por ciento y la inflación anualizada alcanzo el 4.8 por ciento, donde los precios de los energéticos y de algunos bienes agropecuarios fueron los que más contribuyeron al incremento del proceso inflacionario. Como es conocido la economía real el año pasado tubo su mayor caída de menos 6.5 y la inversión fija bruta de capital cayó en menos 10 por ciento, la actividad industrial se encuentra en una profunda recesión desde hace más de un año. A pesar de ello el secretario de economía Gerardo Ruiz Mateos declaro que las reformas estructurales no son condición indispensable para crecer y generar competitividad, contradiciendo al presidente Calderón que un día antes había declarado ante empresarios estadounidenses cuando dijo que si bien la economía mexicana muestra datos alentadores, es urgente acelerar la aprobación de las reformas estructurales para asegurar la recuperación económica. El proceso de las reformas estructurales esta condicionado al calendario político de este año, lo que resultara muy difícil llevar a cabo en este periodo legislativo, más aun cuando en la agenda esta como prioridad la reforma política. Pero, la recuperación no depende de las reformas estructurales que supuestamente las cúpulas empresariales y el gobierno están demandando del poder legislativo, sino del modelo económico adoptado hace 25 años de apertura comercial, privatizaciones y de un mercado financiero especulativo al servicio de los grandes capitales extranjeros que ha generado una fuerte dependencia de la economía norteamericana y la concentración de la riqueza nacional a cambio del empobrecimiento de millones de trabajadores mexicanos, como prueba de ello, el país tiene en Carlos Slim al hombre más rico del mundo con una riqueza acumulada en 53 mil 500 millones de dólares, y nueve familias y magnates mexicanos tienen una fortuna de 90 mil millones de dolores-según la revista Forbes- equivalentes a las reservas internacionales del país y al 10 por ciento del valor del producto interno bruto, ante esta concentración de la riqueza y las contrarreformas estructurales, los trabajadores tendrán que hacer algo para que no se sigan deteriorando sus condiciones de trabajo y de vida. |
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