domingo, 21 de noviembre de 2010

LA REVOLUCIÓN MEXICANA: ANTICAPITALISTA Y SOCIALISTA


 

José María Carmona

La revolución mexicana constituye un importante hecho histórico no solamente porque fue la primera revolución del siglo XX, sino junto con la revolución rusa por su contenido social y político fueron revoluciones anticapitalistas y antiimperialistas.

Muy contrariamente a lo que afirman la mayoría de los historiadores marxistas de que la revolución mexicana fue una revolución democrática burguesa o antifeudal, esta revolución también tuvo un carácter socialista en su contenido.

Sergio de la Peña en su libro la Formación del Capitalismo en México, ha demostrado como se desarrollo el capitalismo en el país, durante la Reforma que encabezó Juárez y que su batalla contra la Iglesia Católica especialmente la concentración de sus bienes, así como las Leyes de Reforma tuvieron el propósito de expropiar a los indígenas y campesinos de sus tierras a través de los deslindes, que pretendían la concentración de las tierras en pocas manos para el surgimiento de las haciendas cuya producción agrícola fue para un modelo exportador, pero bajo la modalidad capitalista, a pesar del encasillamiento de los piones, en una buena parte bajo una forma de producción de esclavitud.

Durante la dictadura de Porfirio Díaz,  el modo de producción capitalista se consolido, la introducción del sistema de ferrocarriles permito la integración  del territorio y el desarrollo del mercado interno, a pesar de los enclaves, mineros, azucareros y petroleros que se desarrollaron en todo el país.

Paralelamente, se desarrollaron las relaciones capitalistas, aunque existieron formas de explotación no capitalistas como ya se indicó, desarrollándose un proletariado rural que fue la fuerza motriz de la revolución mexicana.

En el ámbito internacional, el desarrollo del capitalismo mundial entro en su fase final y de descomposición: la fase imperialista.

Así pues durante el porfiriato la inversión extranjera en México contribuyo a desarrollar profundamente, tanto el mercado interno cono el desarrollo capitalista; en este mismo periodo el imperialismo tuvo su presencia en el país es por eso que el estallido revolucionario fue también antiimperialista.

La revolución mexicana tuvo como sujeto social al proletariado rural y la revolución destruyo tanto la economía como las relaciones de producción capitalistas constituyéndose no solo en un movimiento armado democrático burgués sino también por su contenido histórico en socialista, cabe precisar que en la fase imperialista toda revolución en los países coloniales o semicoloniales como México, por su contenido social y político las revoluciones son anticapitalistas, antiimperialistas y profundamente de carácter socialista, a pesar de que tiene que cumplir con las tareas democrático-burgués; la demanda de elecciones libres encabezadas por Francisco I Madero, termino con la dictadura porfirista, pero los revolucionarios no se conformaron con la caída de la dictadura sino que demandaron el reparto de las tierras que encabezo Francisca Villa y Emiliano Zapata, que significó esta demanda la destrucción de la hacienda porfirista de carácter capitalista.

Los ejércitos revolucionarios no solo destruyeron las relaciones capitalistas temporalmente, la economía, sino también, al Estado Capitalista y el ejército, cuando en 1914 Villa y Zapata entran a la ciudad de México es el punto culminante de la revolución mexicana.

De esta forma al conmemorarse el centenario de la revolución mexicana tiene que revalorarse no solamente su contenido social y político sino también su significado histórico que fue una revolución anticapitalista, antiimperialista y por su significación de carácter socialista este es el valor histórico de la revolución mexicana y sus conquistas sociales alcanzadas por el pueblo de México.


 

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