José María Carmona De acuerdo al ultimo informe trimestral de la situación económica y las finanzas públicas dado a conocer por la Secretaria de Hacienda y Crédito Público, las finanzas públicas del país registraron el mayor déficit de los últimos 19 años, producto de la caída de los ingresos tributarios, lo que representa una contracción real de 6.5 por ciento con relación a 2008, eso significa que durante el año pasado el gobierno recaudo menos impuestos. La recaudación del IVA bajo 15.3 por ciento; el Impuesto sobre la Renta cayo en 9.2 por ciento, así también el IETU tubo un disminución del 9 por ciento, el impuesto de Deposito en efectivo disminuyo en 14.7 por ciento. Del total de los ingresos tributarios, los petroleros durante el 2009 disminuyeron en 143 mil millones de pesos de acuerdo a lo programado, los ingresos de Pemex tuvieron una baja de 35 mil millones de pesos, mientras que los del gobierno federal cayeron en 108 mil millones de pesos, de acuerdo a lo programado para el 2009. Con relación a los ingresos tributarios la caída fue de 136 mil millones de pesos de los cuales el ISR fue menor en 61.9 mil millones de pesos de acuerdo a lo proyectado, esta misma tendencia observo el IETU con 10.8 mil millones de pesos menos a lo programado, mientras que Hacienda dejo de percibir 82 mil millones de pesos por concepto del IVA. En términos relativos los ingresos petroleros cayeron durante el 2009 en menos 21.4 por ciento y los no petroleros aumentaron en 2.2 por ciento, el gobierno federal aumento sus ingresos en 5.5 por ciento. Por lo que se refiere a los ingresos tributarios en términos relativos disminuyeron en 11.5 por ciento; mientras que el Impuesto sobre la Renta, el IETU y el Impuesto a Depósito en Efectivo fueron menores a 9.9 por ciento; por lo que se refiere al Impuesto al Valor Agregado (IVA), su recaudación fue menor en 15 por ciento en términos anuales. A pesar del fuerte recorte al gasto público y de mayores ingresos no recurrentes, en el 2009 las finanzas públicas del país registraron el déficit más alto desde 1990, de 274 mil millones de pesos; esto equivale a 2.3 por ciento PIB y supera en 47 mil 14 millones de pesos al déficit aprobado en el Presupuesto de Egresos de la Federación para el 2009. Insuficiente fue el ajuste total al gasto por 90 mil 704 millones de pesos; ingresos provenientes del remanente de operación del Banco de México por 95 mil millones de pesos; de las coberturas petroleras estimadas en más de 70 mil millones de pesos y de la recuperación del Fondo de Estabilización de Ingresos Petroleros por 25 mil 177 millones de pesos. De acuerdo con la Secretaria de Hacienda y Crédito Público, el déficit se explica por la depreciación del tipo de cambio que hizo que la inversión física de Pemex fuera mayor en 23 mil 602 millones de pesos, pero también por un déficit público de 23 mil 411 millones de pesos equivalentes a 0.2 por ciento del PIB. El total de los ingresos del sector público equivalen al 23 por ciento del PIB para 2009, de los cuales el 7.1 por ciento son ingresos petroleros y el 15.9 son no petroleros. De acuerdo a todo lo anterior se la agrega los 336 mil millones de pesos de ingresos compensatorios a los que tubo que recurrir la administración, entonces la insuficiencia de ingresos alcanzo 611 mil millones de pesos que equivalen al 5 por ciento del PIB y al 21 por ciento de los ingresos presupuestarios. Indudablemente que el alto déficit público tiene sus repercusiones inmediatas no solo en las propias finanzas públicas sino en el conjunto de mercado de dinero y esto obliga al gobierno a emitir mayor deuda pública, también tiene sus repercusiones directas sobre las tasa de interés fijadas por el Banco de México que en el corto plazo las tendrá que ajustar a la alza, motivados también por la alta inflación que ya se registra. Para los analistas del sector privado del país el déficit público impone la necesidad de llevar a cabo la reforma fiscal que ya esta en la agenda de la Cámara de Diputados para poder volver a equilibrar las finanzas públicas. Esta nueva reforma fiscal debe irse a fondo para que las finanzas públicas y en particular la política fiscal por una parte permita aumentar la recaudación tributaria sin perjudicar a la inversión productiva y por el otro lado utilizar al gasto público como un instrumento para promover el crecimiento económico y la distribución del ingreso nacional en beneficio del empleo. Por lo pronto el déficit fiscal tendrá que corregirse o por lo menos ser un instrumento importante para la recuperación económica.
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