José María Carmona El país se encuentra en una situación de crisis económica, de deterioro social y además de eso el proceso de la transición democrática no avanza, la ciudadanía se siente agraviada por la clase política y para prueba de ello fue el reclamo de una ciudadana al presidente Felipe Calderón en Ciudad Juárez. Ni los elementos del Estado Mayor Presidencial pudieron evitar el enfrentamiento directo entre el presidente y la ciudadana que perdió a sus dos hijos en el ataque a una fiesta estudiantil por parte de los sicarios y que Calderón en un primer momento califico este hecho sangriento como un enfrentamiento "entre pandillas" cuando se encontraban en una gira por Japón. El presidente poco tiempo después tubo que disculparse públicamente ante los padres agraviados, pero el asunto no ha terminado, ciudad Juárez es tan solo la muestra de que su estrategia ha fracasado, que el crimen organizado controla amplios territorios del país y que la guerra contra la delincuencia organizada esta fracasando. La inseguridad pública es una variable importante para las condiciones del crecimiento económico y para los especialistas el costo que tienen que pagar los inversionistas por la perdida económica que causa la misma es muy alto, según algunos estudios la falta de garantizar la seguridad pública por parte del Estado y más concretamente por los gobiernos estatales y federal se estima en promedio en un 20 por ciento de los costos de producción y transporte; el riesgo tanto económico como financiero que cobran los inversionistas en el país ya se ha descontado de antemano en sus expectativas de inversión. Por mandato constitucional, el Estado mexicano y los diversos niveles de gobierno están obligados a garantizar la seguridad a los ciudadanos, sin embargo como es sabido este mandato es imposible de cumplir. La inseguridad pública y la falta de garantías así como la no observancia del estado de derecho han convertido al país en un lugar no propicio para las inversiones. Por otra parte, la inseguridad también aqueja a la clase trabajadora que es asaltada, extorsionada, muchas veces fuera de sus centros de trabajo, en el transporte público como en las colonias y barrios populares que la mayoría de las veces son marginadas. El ejemplo más claro son los homicidios de las mujeres en cuidad Juárez, ha todo esto hay que agregar el deterioro de las condiciones de vida de la mayoría de la población en México, el desempleo, la marginación, la pobreza y la gran desigualdad social, como se sabe en lo que va de la administración de Calderón el número de personas en pobreza extrema aumento en 6 millones de mexicanos. A lo anterior hay que añadir la falta de una democracia amplia para la mayor parte de la población que se encuentra al margen de las decisiones del gobierno, mientras que la clase política, los partidos políticos y los gobiernos tanto federal como estatales no responden a las demandas y expectativas de la ciudadanía, por lo tanto no existe una aceptación real por parte de ésta a las acciones del gobierno lo que causa problemas de gobernabilidad. El deterioro de las condiciones de vida de la población también es un deterioro de la vida pública; las instituciones públicas no responden a las necesidades ciudadanas y sociales y también están en crisis. La transición democrática, como la denominan los especialistas, se encuentra en crisis, sin duda alguna el cambio del régimen político que ocurrió en el año 2000 con el triunfo electoral de Vicente Fox fue un avance importante y se puede considerar como una conquista democrática cuando el régimen político de partido único del PRI fue derrotado en una jornada electoral. En ese momento el cambio de gobierno despertó un sentimiento entre la población de un verdadero cambio, que con el tiempo tales expectativas de la misma se fueron desapareciendo, en pocas palabras hubo cambio de régimen político pero no de modelo económico. Sin duda alguna la clase trabajadora y la mayoría de la población han puesto su mejor empeño, sacrificando sus condiciones de vida y de trabajo sin embargo los gobiernos panistas y los partidos políticos de izquierda y de derecha representados en el Congreso de la Unión tienen un propósito firme de seguir manteniendo la explotación, la miseria y la marginación de los mexicanos a pesar de que éstos han puesto todo en beneficio del país. Toda la reflexión anterior se hace por la declaración de Javier Aguirre que hizo la semana pasada cuando califico al país de "jodido", que por cierto esta palabra como tal no existe en el diccionario de la Real Academia de la lengua Española, la misma es una acepción del verbo "joder" y que significa practicar el coito, molestar, fastidiar, destrozar, arruinar, echar a perder, expresar enfado, irritación, asombro, etc. Y que este líder deportivo que mueve masas, ha lanzado esta ofensa a la mayoría de los mexicanos y sin hacer la menor critica al gobierno de Calderón, quien por cierto lo ha cobijado y llenado de privilegios. Si México se encuentra como esta es responsabilidad directa del gobierno de Calderón de la clase política, de los partidos políticos, así como de las cúpulas empresariales que mantiene la alta concentración del ingreso nacional y a la mayoría de la población en el hambre y la miseria.
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