domingo, 15 de mayo de 2011

OPTIMISMO FINANCIERO



José María Carmona

Mientras que en el ámbito internacional comienza a tomar fuerza la incertidumbre por la crisis del déficit fiscal de los Estados Unidos y la depreciación del dólar, así mismo el rescate financiero de Grecia a consecuencia de que los bonos del gobierno de este país han pasado a la categoría de "basura" por las diferentes calificadoras internacionales, al mismo tiempo ante la posibilidad de una desaceleración del crecimiento económico mundial, la caída los precios internacionales de las materias primas o commodities, que repercuten directamente en el comportamiento de los principales mercados bursátiles del mundo.

Ante este panorama internacional, en el país tanto el gobierno de Calderón como las autoridades financieras revisaron las expectativas del crecimiento económico y ahora las proyectan en 5 por ciento para el presente año.

Sin embargo, la alta dependencia de la economía nacional con relación a Estados Unidos, no permiten que esta proyección se sostenga a lo largo del presente año, para diferentes analistas ante la incertidumbre internacional y el menor crecimiento de las economías de los países industrializados alrededor del 1.8 por ciento para 2011, proponen reactivar el mercado interno como una alternativa para evitar por todos los medios posibles los efectos negativos de la economía mundial.

Esta propuesta es añeja, pero hasta ahora no ha prosperado a consecuencia del modelo de economía abierta que prioriza el mercado externo mediante las industrias altamente exportadoras y especializadas así como concentradas en unos cuantos productos y que son el motor del crecimiento económico, pero que no tienen ningún efecto, sobre las cadenas productivas de las empresas pequeñas y medianas.

Otro factor importante que no permite el crecimiento del mercado interno es la pérdida del poder adquisitivo de los salarios que según algunos estudios los últimos diez años han perdido hasta el 70 por ciento.

Así mismo, la alta tasa de desempleo abierto cercana al 5 por ciento, como a su vez los 15 millones de personas que trabajan en la informalidad, de igual manera la mayoría de los trabajadores ganan alrededor de uno a dos salarios mínimos y que representan alrededor del 70 por ciento de los asalariados, cuando en el país existen 14 millones aproximadamente registrados formalmente en el seguro social.

Como es de explicarse esta fuerza laboral es insuficiente para poder generar una demanda efectiva sobre el conjunto de la economía sin tomar en cuenta los altos niveles de concentración del ingreso nacional en el país, por ejemplo alrededor de 200 mil inversionistas concentran el 43 por ciento del PIB en la Bolsa Mexicana de Valores.

El bajo crecimiento económico del país es explicado tanto por las autoridades financieras como por el gobierno de Calderón así como el sector empresarial por la falta de reformas estructurales entre las que destacan la laboral y la fiscal así mismo la apertura a la inversión extranjera en sectores estratégicos de la economía y exclusivos del Estado, como es el eléctrico y el petrolero.

Como es del conocimiento público existen impedimentos legales para que el capital privado pueda invertir particularmente en el sector petrolero por considerarse como parte del patrimonio nacional, pero Calderón la semana pasada en Nueva York insistió en la necesidad de reformar el marco jurídico en Pemex para permitir la participación del capital privado y que en el próximo periodo de sesiones del Congreso de la Unión en el mes de septiembre enviará la iniciativa correspondiente.

Esta provocación de Calderón ha sido interpretada por los analistas políticos como una cortina de humo para no ir a fondo en las demandas que encabezan el poeta y escritor Javier Sicilia y su movimiento ciudadano en contra de la guerra contra el narcotráfico, la delincuencia organizada pero ante todo en la demanda de cambiar el modelo económico y la democratización del país, así como la exigencia de justicia para las víctimas.

De esta manera el gobierno de Calderón y las autoridades financieras se muestran optimistas ante un escenario económico y financiero adverso que tarde o temprano tendrá efectos negativos no solo en la economía sino también seguirá deteriorando el tejido social en medio de la violencia e impunidad.

 

 

 

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