MICHOACÁN: EN LA SOMBRA DE LA INCERTIDUMBRE

José María Carmona Los acontecimientos del jueves pasado en la ciudad de Morelia cuestionan muchas cosas sobre la seguridad pública a la que tienen derecho los ciudadanos de este país, más allá de los hechos violentos y los enfrentamientos entre las fuerzas federales y de la criminalidad, los mismos ponen al desnudo la fragilidad del orden institucional no solo en Michoacán sino en el país. Cuantiosas son las pérdidas económicas por dicho acontecimiento que paralizaron no solo la vida de los morelianos sino también de buena parte del territorio michoacano, y más que todo de la percepción de que Michoacán no es una entidad federativa segura para las actividades económicas y turísticas. En términos de imagen a sido un golpe duro principalmente que repercutirá en la actividad turística más aun cuando se aproxima el periodo vacacional. Sin bien es cierto que en la ciudad de Apatzingán fue el punto más álgido donde intervinieron las fuerzas federales contra el crimen organizado según el vocero de la Procuraduría Federal de la República: Poiré, para los ciudadanos comunes y corrientes no queda claro lo que paso. Las autoridades municipales y estatales prácticamente están al margen de los acontecimientos, porque al mando de las operaciones esta el gobierno federal, pero en realidad nadie sabe con certeza lo que esta sucediendo. No es un secreto que en la zona de tierra caliente la delincuencia organizada, según versiones oficiales controla esa parte del territorio michoacano desde hace muchos años, el cuestionamiento aquí es como se fue desarrollando el fenómeno y como están las responsabilidades en términos no solo de las presentes administraciones estatales y municipales que hoy gobiernas Michoacán sino de las anteriores. A quedado claro que por lo menos durante los últimos 15 años la población michoacana ha estado en un acelerado proceso de empobrecimiento, el campo michoacano prácticamente esta descapitalizado y según el Consejo Estatal de Población existe un proceso de despoblamiento en varias partes del territorio michoacano, a parte de los altos índices de marginación y pobreza y los últimos lugares que ocupa Michoacán en relación al Índice de Desarrollo Humano realizado por la ONU recientemente. La situación se vuelve más delicada porque a menos de medio año arrancara formalmente el proceso electoral del Estado de Michoacán, donde los poderes fácticos seguramente intervendrán no solo en el proceso electoral para la gubernatura sino su incidencia será mayor en el ámbito local es decir de las elecciones municipales donde estos poderes son determinantes. Hasta ahora queda claro la preocupación del gobierno de Calderón de combatir hasta las últimas consecuencias el crimen organizado en el país , pero en especial en Michoacán , pero la situación se complica por el proceso electoral del año venidero y más aun cuando María Luisa Calderón hermana del presidente seguramente será la candidata del PAN a la gubernatura de Michoacán. Es por ello que para todos los niveles de gobierno será una prioridad garantizar un proceso electoral limpio y transparente y mantener al margen a los poderes fácticos del mismo, cosa que no resultara sencilla porque existen muchos intereses sobre todo a nivel de los liderazgos regionales. Así de esta manera, el panorama inmediato de Michoacán se complica, y los problemas económicos, sociales y políticos están atravesados por el asunto de la inseguridad pública y la presencia del crimen organizado en el territorio michoacano, además de que el gobierno federal a tomado por su cuenta la iniciativa obsesiva de llevar a cabo el combate a este último hasta las últimas consecuencias. Resulta ser cuestionable por todos los lados que se vea los resultados de la estrategia calderonista para Michoacán, no hay que olvidar el equivoco del famoso michoacanazo que en términos judiciales resulto toda una derrota para el presidente Calderón. Michoacán necesita toda una estrategia de desarrollo particularmente en términos regionales, inversiones mayores para combatir la pobreza y el rezago social, pero sobre todo que la inversión productiva tenga efectos multiplicadores no solo sobre el empleo sino que pueda ofrecer salarios e ingresos reales bien remunerados. De esta manera Michoacán necesita toda una nueva estrategia de desarrollo no solo económico sino también social que hasta ahora ni los gobiernos priistas, ni perredistas han podido lograr, en los últimos 15 años la estructura productiva de la entidad ha empeorado según nos revelan muchos estudios, pero tampoco un gobierno panista puede garantizar la transformación de Michoacán , es por ello que las tareas se vuelven más complicadas porque Michoacán necesita desarrollo, empleos bien remunerados y resolver el problema de la seguridad pública para que no siga entre las sombras de la incertidumbre.