José María Carmona En un verdadero estado de euforia, están las autoridades financieras y monetarias del país por los resultados del crecimiento económico para el 2010 donde se calcula un crecimiento del PIB del 5 por ciento, así como la recuperación del mercado interno a través del crecimiento del consumo privado sin dejar a un lado la dinámica de crecimiento del sector externo que es el pivote de la recuperación económica del país. Estos resultados son producto de la disciplina de la política fiscal y el manejo adecuado de la política monetaria donde el déficit fiscal está en los niveles proyectados originalmente. La política monetaria continuará en la misma dirección por lo que es de esperarse que las tasas de interés se mantengan en los mismos niveles registrados hasta ahora, porque no se prevé una aceleración en la economía mexicana ni incrementos en las tasas de interés internas. A pesar que el precio del crédito continuará estable y el sistema bancario estará dispuesto a otorgar un mayor número de créditos, la inversión productiva no tendrá un gran dinamismo por los problemas de la inseguridad que afectan directamente la toma de decisiones de los inversionistas de manera negativa, pero el sector de la construcción, particularmente vivienda, será beneficiado con la oferta crediticia. Con relación al sector externo en el presente año la perspectiva es relativamente positiva. Se calcula que la economía de los Estados Unidos que será en el presente año alrededor de 2.6 por ciento, tasa similar a la que se calcula para 2010 al término del año; en los países que conforman la región del euro también tendrán un crecimiento similar al año pasado. Por lo que se refiere al precio internacional del petróleo, las perspectivas son favorables y se proyecta una tendencia creciente en su cotización, incluso algunos analistas estiman que el precio puede alcanzar la barrera de los cien dólares por barril. Esto tendrá como resultado una mayor entrada de divisas como consecuencia de las exportaciones petroleras, al mismo tiempo se espera un menor flujo de divisas provenientes de las remesas familiares por los efectos de un menor crecimiento en la economía de los Estados Unidos, a pesar de que continuará el estimulo fiscal para poder revitalizar su aparato productivo. Por lo tanto la tasa de interés en este país continuará a la baja durante el 2011. Lo anterior implicará que los flujos de capitales sigan siendo favorables para el país con una mayor entrada en sus montos. Todos los anteriores elementos repercutirán directamente en la determinación del tipo de cambio que se mantendrá en niveles muy parecidos a los 12.35 pesos por dólar que fue como cerró el año pasado, aunque no se descarta una fluctuación de capitales a lo largo del año en función de las condiciones del mercado petrolero y en los acontecimientos políticos tanto internos como externos. En cuanto al proceso inflacionario las estimaciones son favorables y se calcula un crecimiento de los precios en 4.4 por ciento para el 2010 y la proyección para el presente año es de 3.7 por ciento como resultado de la política fiscal disciplinada y el comportamiento esperado del tipo de cambio y un menor crecimiento del PIB. La parte negativa de los pronósticos se refiere al empleo, para 2010 los resultados de generación de empleos fueron favorables ya que se generaron más de 730 mil, si bien es cierto, que el número es inferior a 1 millón 100 mil empleos que necesita anualmente el país para absorber la fuerza de trabajo que se incorpora cada año al mercado laboral, permitió que el año pasado recuperaran los puestos que se perdieron durante la crisis. Desafortunadamente la cantidad de empleo que se generarán durante el 2011 será inferior por un menor crecimiento de la economía. Los riesgos económicos del 2011 son más bien de contexto externo. Uno es el crecimiento del precio del petróleo que llegue a tal magnitud que detenga la recuperación de la economía internacional, lo que traería como consecuencia una caída de las exportaciones y un menor crecimiento. El otro, que es más importante, es la reacción de los mercados financieros ante los posibles problemas en los países europeos para hacer frente a los compromisos de la deuda lo que podría convertirse en un factor negativo con incremento en la tasa de interés y restricciones en la oferta crediticia mundial, entonces los inversionistas se refugiarán en el mercado del oro para proteger sus capitales. Lo único que no se proyecta es que el Congreso de la Unión pueda generar las reformas legales que permitan a la economía mexicana retomar la tasa de crecimiento que contribuyan a batir la pobreza y la desigualdad en la distribución del ingreso de acuerdo a los especialistas. Así pues, estas son las perspectivas económicas para el año 2011. |
lunes, 10 de enero de 2011
PERSPECTIVAS ECONÓMICAS 2011
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