martes, 19 de julio de 2011

Rv: Colaboración de José María Carmona




EL GOBIERNO DE OBAMA EN BANCARROTA

José María Carmona

La principal potencia económica del mundo, Estados Unidos, prácticamente se encuentra en bancarrota y pone en una situación muy difícil a la economía mundial por el problema de la deuda pública que alcanza 14.3 billones de dólares, donde el gobierno de Obama negocia con el Congreso un nuevo techo de endeudamiento y no se ha podido llegar a un acuerdo para reducir el déficit público y con ello el gasto, aumentando los impuestos y de esa manera evitar que las calificadoras internacionales sigan degradando la deuda estadounidense.

De no llegar a un acuerdo el próximo 2 de agosto el gobierno de Obama podrá declarar la moratoria al quedarse sin dinero para cubrir los gastos y los intereses que se generan por la deuda.
La situación es sumamente delicada porque esto abrirá el camino de una nueva recesión económica con repercusiones globales afectando directamente a los países emergentes, entre ellos México.

Otro ingrediente a considerar es que una gran parte de la deuda en los bonos o papeles gubernamentales están en manos del banco central de China, lo que significaría un duro golpe y que con ello ese país agudizará su desaceleración económica en la cual se encuentra. Para poner un ejemplo el crecimiento económico chino en el primer trimestre del 2010 fue de 11.9 por ciento mientras en el segundo trimestre del presente año tan solo creció a una tasa de 9.5 por ciento.

Actualmente el monto de la deuda pública de los Estados Unidos representa el 102 por ciento de su producto interno bruto; en los últimos 35 años el crecimiento de la misma ha sido del 70 por ciento como consecuencias del aumento en el déficit fiscal, producto del incremento de los gastos militares por la participación de los Estados Unidos en diferentes conflictos bélicos en el mundo.

La lucha entre los congresistas demócratas y republicanos con el presidente Obama es para buscar un equilibrio en el déficit fiscal sostenible en el largo plazo, lo que significa aumentar los impuestos para que paguen más los que más ingresos tienen, con especial atención entre las clases medias y al mismo tiempo reducir los gastos en materia de seguridad social,  particularmente en los médicos, lo que significa dejar a millones de estadounidenses sin la cobertura que ahora tienen.

Además de que se reducirían prácticamente los gastos en asistencia social, particularmente los subsidios en ayuda en comida para los jubilados, lo que incrementaría la pobreza en el sector de edad avanzada.

El presidente Obama ha señalado y culpado a los congresistas de no ceder en sus posiciones anteponiendo sus intereses políticos con vistas a las elecciones presidenciales del año entrante, pero lo cierto es que si no se llega a un acuerdo la economía norteamericana entraría en recesión impactando de manera global.


Por otra parte, las calificadoras Moody's y Fitch han anunciado que si el gobierno y los congresistas no llegan a un acuerdo antes del 2 de agosto tendrán que degradar la calificación de la deuda soberana de los Estados Unidos.

Así de esa manera la economía más grande del mundo que genera el 25 por ciento del producto interno mundial, junto con su gobierno, están al borde de la bancarrota y no encuentran una solución junto a un aumento del techo de endeudamiento que equivale a 2 billones de dólares que se está negociando entre el gobierno de Obama y los congresistas norteamericanos.

Las repercusiones sobre la delicada situación financiera del gobierno estadounidense durante las 2 últimas semanas, han repercutido sobre los mercados financieros internacionales de manera negativa y potencializan la situación del riesgo financiero global como producto de la crisis de la deuda de los países de la Zona Europea entre los cuales está el caso de Grecia, Italia, Portugal y recientemente Irlanda cuyas deudas equivalen a más del 100 por ciento de sus productos internos brutos, esto significa que todo el valor de la producción de un año ya se debe.

Los inversionistas internacionales han decidido abandonar a los papeles gubernamentales europeos y refugiarse en la compra de oro y de dólares porque se tiene la sensación de que pese a que la economía estadounidense entre en recesión, los Estados Unidos son el lugar más seguro para salvaguardar sus capitales.

Así pues la cuenta regresiva ha comenzado y el día fatal será el próximo 2 de agosto donde sería un hecho histórico y de repercusiones globales que el gobierno de los Estados Unidos no tuviera la liquidez para pagar sus compromisos con sus acreedores y por otra parte que tuviera que aprobar un plan de ajuste fiscal con repercusiones negativas para la mayoría de los estadounidenses.

Prácticamente el gobierno de Obama, si no llega a un acuerdo con los congresistas para fijar el nuevo techo del endeudamiento y los montos de la reducción del gasto fiscal y el aumento de impuestos estará en bancarrota.