domingo, 15 de agosto de 2010

LIBERTAD DE EXPRESIÓN SECUESTRADA

José María Carmona

El oficio más peligroso en México es el periodístico, así lo señalan no solo las organizaciones internacionales como Reporteros sin Frontera y Capitulo 19, prueba de ello es el secuestro y desaparición de periodistas, más recientemente el secuestro de cuatro periodistas en Gómez Palacio Durango de la organización Milenio y Televisa, para presionar a difundir mensajes a través de estos medios de comunicación del crimen organizado.

Estos hechos han generado la respuesta del gremio periodístico para exigir no solo a los gobiernos locales y federales garantías y sobre todo la investigación de los delitos contra los comunicadores; pero hasta hoy ya no solo los gobiernos sino también el Estado mexicano es incapaz de ofrecer seguridad a los trabajadores de la comunicación para el desarrollo de su trabajo.

La fiscalía especializada dentro de la Procuraduría General de la Republica es ineficiente para poder resolver los más de 60 casos de periodistas asesinados o desaparecidos durante los años recientes.

Los dueños de los medios de comunicación se muestran poco solidarios con sus trabajadores y en muchas ocasiones se deslindan de su responsabilidad de brindar o apoyar la exigencia de la seguridad de sus trabajadores, en pocas palabras los periodistas nos encontramos en un estado de vulnerabilidad no solo ante los poderes locales o estatales así como el gobierno federal por el trabajo realizado en los análisis críticos sobre la situación por la que atraviesa el país no tan solo  con relación al tema de la seguridad.

Es por ello que tanto los reporteros como algunos medios de comunicación se han visto obligados a optar por el silencio o que los hechos cometidos por el crimen organizado ya no formen parte del contenido de la información por temor a las represarías de este poder factico que ha comenzado a marcar la agenda de los medios de comunicación.

Ahora es admitido hasta por el propio presidente Calderón que el crimen organizado ha penetrado las entrañas de todos los niveles de gobierno y las estructuras del Estado mexicano.

Hacer investigación sobre el tema por parte de los periodistas y publicarlas es prácticamente condenarse al suicidio, amén de que el medio de comunicación se condene a vivir en una amenaza permanente por parte del crimen organizado en complicidad con los cuerpos policiacos cooptado por el mismo.

El gobierno de Calderón en sus Diálogos por la Seguridad tácitamente reconoció que esta de rodillas ante el crimen organizado, estos diálogos que más bien fueron monólogos donde los supuestos representantes de la sociedad civil, dirigentes de los partidos y de las iglesias, así como los gobernadores no pudieron evitar que el presidente los manchara de sus culpas, de su fracaso y derrota ante el crimen organizado, en pocas palabras el Estado mexicano no puede garantizar la seguridad a los ciudadanos de este país, mucho menos al gremio de los comunicadores, solo los periodistas más influyentes del país, por sus altos salarios pueden pagar escoltas privadas para garantizar sus seguridad.

Pero la mayoría del gremio periodístico nos encontramos vulnerables e indefensos ante la situación, así pues la sociedad y el gremio periodístico están indefensos, pero este último ha dado un primer paso importante que consiste en agruparse y demandar de parte del Estado el cumplimiento de las garantías constitucionales a las que tenemos derecho.

Hoy la libertad de expresión se encuentra secuestrada por el crimen organizado sin que se pueda evitar, los medios de comunicación están en el dilema de callar o seguir informando a la opinión pública sobre los hechos de violencia que se registra en el país, de seguir informando nada garantiza que esté a salvo de una agresión contra el medio o los trabajadores de la información.

Es por ello que el gremio periodístico necesita construir mecanismos de autodefensa para el desempeño de su trabajo sin dejar de demandar al gobierno y al Estado mexicano las garantías correspondientes en materia de seguridad.

Mientras que esto no suceda la libertad de expresión continuara secuestrada no solo por el crimen organizado sino por los poderes facticos del país que vulneran de manera permanente el Estado de derecho. Es la hora de que el gremio periodístico este unido, además porque los medios de comunicación pequeños nos encontramos en mayor riesgo, liberemos del crimen organizado y de los poderes facticos a la libertad de expresión.

 


 

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