domingo, 17 de enero de 2010

ORGANICEMOS LA AYUDA HUMANITARIA PARA EL PUEBLO HAITIANO

José María Carmona
La situación de Haití después del terremoto del pasado martes supera la obra literaria de la "Divina Comedia" de Dante, y no se puede distinguir en el trabajo periodístico entre la tragedia y la nota roja, el morbo periodístico de algunos medios de comunicación ante las escenas de los cadáveres, heridos y mutilados de miles en una ciudad paradójicamente llamada Puerto Príncipe en el país más pobre de América, donde el 70 por ciento de la población es analfabeta y marcada por las huellas de las dictaduras.
La tragedia que hoy vive este pueblo ha superado a los años de miseria, explotación y opresión vividos en tiempos pasados; ni una novela de García Márquez hubiera podido desarrollar un argumento de tal profundidad humana, porque la tragedia producto de la fuerza de la naturaleza también es humana.
Se combina la muerte con el hambre y la miseria así como con el trauma social de un pueblo con sentimientos encontrados donde una casta se esconde ante las escenas del terror y el sufrimiento.
Se podían dar a conocer datos e indicadores de lo que era la economía haitiana de como los gobernantes estaban o están subordinados a los intereses del imperialismo yanki, disfrazados como cascos azules de la ONU, pero no viene al caso.
La magnitud de la tragedia es de tal magnitud que hoy todos los gobiernos al servicio del capital internacional están aterrorizados no por la tragedia humana que vive el pueblo haitiano sino por las consecuencias que tendrá para los países circunvecinos al paso del tiempo cuando los sobrevivientes no encuentran una alternativa inmediata de sobrevivencia y empiecen a emigrar en primer termino a la república dominicana y no se puede descartar que se empiece a dar la migración por mar a través de pequeñas balsas.
De suceder este fenómeno ninguno de los países de la región incluyendo México y Cuba no están en condiciones de recibir a esta población.
Los efectos del terremoto de hecho ya han introducido la inestabilidad social y por lo tanto política en la región; la magnitud de la tragedia ha puesto a los gobiernos contra la pared y no saben como enfrentar esta tragedia del pueblo haitiano.
Sin duda alguna que la ayuda humanitaria es la prioridad principal, para atender a los heridos así como la asistencia alimentaria y la sanitaria, pero la ayuda es insuficiente, a esto hay que agregar la limitada infraestructura en materia de comunicaciones y a su vez de cómo organizar el reparto de la misma.
La putrefacción de los cadáveres puede generar un conjunto de epidemias que se pueden expandir más allá de las fronteras haitianas muy difíciles de controlar es por ello que la asistencia sanitaria es otra de las prioridades.
Los gobiernos también están preocupados porque a causa de la crisis económica y financiera global no pueden hacer grandes inversiones en Haití para su reconstrucción, porque significaría hasta cierto punto contribuir a profundizar la gravedad de la misma y poner en riesgo la débil recuperación económica, este costo no lo están dispuestos a pagar.
Un hecho infame es que los grupos financieros del país empiezan hacer su gran negocio con el pretexto de la ayuda en dinero, todas las instituciones bancarias han puesto a disposición de la población cuentas para depositar las donaciones en dinero, pero lo que no se sabe es que las cantidades de dinero depositadas serán invertidas en Certificados de la Tesorería mejor conocidos como Cetes y en fondos de inversión a 24 horas que generan suculencias ganancias para los grupos financieros, ante esta infamia es necesario demandar a las autoridades del Banco de México y hacendarias la constitución de un solo fondo donde se depositen todas las donaciones en dinero para el pueblo haitiano.
Es de esperarse de que el gobierno mexicano no sea consecuente con la ayuda humanitaria a pesar del llamado que ha hecho Calderón al país y el control oficial de la misma, así como el gran negocio que están haciendo los grupos financieros, es por ello que el pueblo de México y en particular el de Michoacán tiene que organizarse en brigadas solidarias para recabar la asistencia humanitaria y buscar la manera de cómo canalizarla directamente al pueblo haitiano.
En el terreno político es necesario impulsar una campaña internacional para exigir la salida inmediata del ejército yanki que Obama lo incremento en días pasados en 10 mil efectivos y los cascos azules de la ONU y sustituir a estos con brigadas internacionalistas de trabajadores, técnicos, ingenieros, médicos, especialistas y de las organizaciones no gubernamentales para enfrentar la tragedia y ayudar a organizarse al pueblo de Haití.


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