José María Carmona
El presidente Calderón declaro que el 2010 será el año de la recuperación económica del país, y efectivamente la económica mexicana volverá a crecer según las proyecciones de las veinte mejores consultorías privadas de México que de acuerdo a las proyecciones hechas pronostican un crecimiento entre el 3 y el 3.6 por ciento del Producto Interno Bruto para el presente año, de igual manera la producción industrial volverá a crecer en una tasa del 2.9 al 3.6 por ciento mientras que la inflación registrara una variación porcentual entre 4.8 a 5.5 por ciento; mientras que el tipo de cambio estará entre 12.90 a 13.10 pesos por dólar y las reservas internacionales del país se mantendrán en un promedio de 85 mil millones de dólares.
Todas estas proyecciones confirman hasta cierto punto la declaración presidencial, sin embargo existe un descontento entre las cúpulas empresariales del país porque el programa anticrisis anunciado el año pasado por Calderón no fue implementado al cien por ciento y resulto insuficiente para contener la caída negativa de la producción nacional y con ello la alta tasa de desempleo que se registro y que en promedio significo más de 300 mil puestos de trabajo perdidos.
El crecimiento económico para el presente año no compensara la gran pérdida que sufrió el aparato productivo nacional y hoy se puede afirmar que la económica mexicana es más chica que hace dos años.
Los empresarios acusan al gobierno de Calderón de que por el burocratismo de las dependencias federales no se pudo llevar a cabo todos los programas de apoyo para la estimulación de la actividad productiva y por ejemplo los apoyos a los paros técnicos donde el gobierno se comprometió a pagar parte de la nomina salarial no se concreto a tiempo y por lo tanto los trabajadores no recibieron su salario como estaba contemplado.
Por otra parte la recuperación económica está subordinada al crecimiento económico de los países desarrollados y para el caso mexicano a la evolución de la economía de los Estados Unidos, sin embargo el crecimiento económico en ese país parece que no será tan sólido porque se pronostican según el Fondo Monetario Internacional entre 2 a 2.5 por ciento en su tasa de crecimiento, además que la recuperación de la economía estadounidense tiene una característica peculiar de que se ha recuperado los niveles de consumo más no los niveles de la inversión como efectos de los estímulos al sistema bancario durante 2009.
Esta proyección de crecimiento económico en los Estados Unidos no es suficiente para que tenga efectos positivos de corto plazo en la economía mexicana y principalmente en el sector exportador que en los últimos años es el generador del crecimiento económico.
Así pues, el año de la recuperación económica de Calderón se enfrentara a muchos obstáculos lo que las proyecciones de las consultorías lo califican como un año difícil para las empresas.
A eso hay que agregar el alto componente impositivo que repercute negativamente en las medianas y pequeñas empresas ahora queda claro la insuficiencia de los alcances de la reforma fiscal aprobada apenas a finales del año pasado que será demasiado complicada para que los contribuyentes puedan dar cumplimiento a sus obligaciones fiscales.
Otro elemento a considerar es que la economía mexicana tendrá una recuperación insuficiente dentro de los países emergentes que junto con Rusia será la de menor crecimiento económico.
En este contexto se tendrá que llevar a cabo una verdadera reforma hacendaria durante la primera parte del año cuyo objetivo será reducir la dependencia de los ingresos públicos de la renta petrolera y poder ampliar la base tributaria, según algunos cálculos tan solo el 20 por ciento de la población contribuye a los ingresos del sector público, sin pasar por alto que los 500 corporativos más grandes del país a través del sistema de consolidación fiscal solo pagan el 1.7 de sus utilidades en impuestos.
De esta manera la recuperación anunciada por Felipe Calderón está en verse por lo que ha declaro anteriormente y si a esto se le agrega que la primera parte del año será inminentemente político, el repunte económico no está asegurado a pesar de las proyecciones económicas para el 2010 y los buenos deseos de Calderón, por lo tanto la mayor parte la población seguirá siendo golpeada por los efectos de la crisis y una recuperación económica incierta.
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